NOTITA
MALÉFICA: Si me quieres tildar de antirromántica empedernida o escritora de
corazón de hielo por el título, te invito a leer lo que publiqué bajo el nombre
de «Romance platónico
veraniego fallido en tres movimientos» que encontrarás en la columna
derecha de entradas más populares. De nada.
NOTITA
MALÉFICA DOS: Una de mis frases preferidas: «Cupido es idiota y demasiado se
equivoca».
NOTITA
ACLARATORIA: No estoy en contra de la festividad por ser comercial o
consumista, ni extranjera ni empalagosa ni… nada de eso. Tampoco me opongo
literalmente a ella. No te voy a perseguir con mi bate de béisbol (¿o sí?) ni
voy a dejar de hablarte. Te ofrezco mi visión y conversamos como personas
adultas (no es culpa mía que los humanos, y los adultos, se muestre tan idiotas
a veces. Toma la frase en el mejor sentido posible).
Desde el 31
del mes pasado, si no me equivoco, «mi» ciudad se ha llenado de corazones y
cartelitos con los eslóganes más empalagosos posibles. Entre ellos, una tienda
en la que ponía «Oviedo in love». Hasta aquí tengo que señalar cuatro cosas:
1. Bonita
figura literaria que personifica una ciudad y nos hace creer que puede amar.
2. El inglés es una lengua que, desafortunadamente, muchas
generaciones españolas no conocen (si no te lo crees, ahí tienes a Ana Botella
o Emilio Botón), por lo que el gancho del eslogan deja fuera a gran parte de la
población.
3. ¿No empezáis un poco pronto para una fecha que pasa tan
rápido y que ni tan siquiera es festiva en el calendario laboral?
4. Me hizo descubrir que es una fiesta anglosajona. Preparo
el bate para todos los que no me dejan celebrar Halloween, o se meten con Santa
Claus, pero me permiten festejar San Valentín. Voy a afilarlo.
No me molesta que los comercios se preparen (vale, sí, pero
lo acepto) porque entiendo que esa fiesta es una fuente de ingresos que les
ayudará a salvar el mes. Pero, rayos, conmigo se deben de desesperar. No compro
flores ni corazoncitos. Sigo con lo mío, libros, revistas, cuadernos,
películas, bolígrafos, peluches, banderas. Compras de siempre. Y los mejores
regalos que he recibido no tienen nada que ver con los que se venden estas
fechas en forma de corazón: han sido libros, peluches pequeños, cartas, notas,
dibujos. Así que no busco nada especial porque esa fecha para mí no es
especial. Arrastra una especie de leyenda negra desde hace demasiado tiempo.
Para mí.
En mi etapa de «soy gótica y quiero demostrarlo» la gente
creía que odiaba San Valentín por ese motivo (y a Cupido, que representado
siempre en el arte como un niño con obesidad mórbida y alas es un
poco…molesto). Que como me gustaban las calaveras debía arrastrar mi alma y
comparecerme de mí misma a un nivel becqueriano inalcanzable para el resto de
los mortales. Que debía llorar en las esquinas y hacerme la víctima, o algo por
el estilo. Pero en realidad me gustaba ser feliz, y fue una etapa de
descubrimientos realmente interesante y agradable. Muy luminosa, aunque no lo
creas.
En esa época en mi instituto celebraban San Valentín
vendiendo rosas y cartas para enviar a quien quisieras. Y, claro, aquello me
sentaba como una patada en el estómago. No estaba en contra del amor (¿acaso se
puede estar en contra de eso?) sino del dolor (que sentía en el pecho). Así que
supongo que me paseaba malhumorada. ¿Y sabes qué?
Los profesores crearon un «rincón del desamor» y me dieron
a entender que ya tenía mi «lugar». Claro, yo entendía «desamor» como algo
después del amor, no como el que anda falto de amor. Así que pasé del tema. No,
tampoco estaba enfocado para buscar pareja, sino «todo es mierda». Eso dolía
más aún que aguantar corazoncitos rosas y parejas empalagosas.
Bueno, lo mío era el vacío, la nada, o los inalcanzables, o
echar de menos a gente que no sabía nada y aún no había aparecido, que seguía
con su vida perdiendo ilusiones mientras yo aguardaba. Era desamor, claro. Muy
becqueriano. Lo que intentaba ocultar mucho y se me seguía notando. Creí que…
no sé lo que creí. Que el mundo se acaba cuando esperas demasiado, que la vida
termina aunque no hayas vivido, que puedes perder la ilusión sin haber sufrido,
que puedes perder la esperanza sin haber dado una oportunidad a la humanidad.
Si te pones en mi punto de vista, San Valentín sería más
feliz incluso si fuera sangriento. Creí que era algo muy estúpido y muy mío,
hasta que en una clase de Literatura Española Medieval me encontré con lo
siguiente (te lo pongo en castellano actual para ahorrarte trabajo):
Dos ánades, madre,
que van por aquí
me apenan a mí.
Dos ánades, madre,
de cuerpo gentil
al campo de flores
iban a dormir.
Me apenan a mí.
Explicación lógica: la chica siente envidia, dolor o
sufrimiento por ver a una pareja de pájaros, sabiendo que ella está sola. Lo
que es, correcto, desamor. Lo que es, correcto, lo que sentía. Lo que nos lleva
a, correcto, que odiara San Valentín. Lo que, correcto, está escrito en pasado,
pero sigo disgustada con San Valentín. Aunque el motivo, afortunadamente,
gracias a los dioses, gracias a Fir, gracias a ella, haya cambiado.
Pero claro, ahora, además del recuerdo que duele, está el
por qué solo debes demostrar tu amor ese día. Porque ya no puedo aguantar para
entregar en determinada fecha regalos que puede que le saquen un brillo
especial en los ojos. No puedo esperar para demostrar emociones y sensaciones,
no puedo esperar para escribir determinadas palabras, no puedo esperar para
hacer a alguien un poco más feliz. No puedo dejarme arrastrar para la sociedad
y programarme para que ese día mi alma esté desbordante de amor, porque digo yo
que sentiré lo que quiera cuando quiera.
Alguien te entregará la luz necesaria |
Y, otra cosa. Esperar cosas que no llegan es horrible.
Esperar simplemente, tranquilamente, y que las cosas aparezcan cuando no las
esperas es mucho más especial. Que te den una rosa en San Valentín puede estar
bien. Que se acuerden de ti en cualquier otro momento del año y te lo hagan
saber es más reconfortante. Tal vez en San Valentín no necesitas muestras de
amor. Tal vez las necesitas en las noches oscuras, en los días difíciles, en
las brumas, en la tormenta. Tal vez necesitas que alguien te entregue un poco
de fuego para el frío. Y, si esperas pacientemente, llegarán las personas que
puede iluminar tu vida con una frase, o salvar tu corazón con una mirada.
Gracias a los dioses que existen. Gracias a ella.
Que poco me gusta también San Valentin, es un día comercial ...
ResponderEliminarme encanta como escribes, con tu permiso me quedo y te sigo.
xx
http://www.thetrendysurfer.com/
¡Gracias, eres bienvenido!
EliminarYa he visto que tienes una página de moda muy trabajada, sigue así ;)