A veces aparecen en tu vida
personas que sólo llegan a comparsas. Personajes que aparecen y se van en
apenas dos segundos, pero que por alguna extraña razón se quedan en tu mente.
No puedo negar que de vez en
cuando creo una criatura a partir de un humano que no he conocido, alguien al
que seguramente no volveré a ver y que se va a perder en las brumas de mi
memoria. Una persona con la que no voy a hablar, ni abrazar, ni conoceré su
pasado, presente y futuro. Y aún así, me siento en la necesidad de recordarla.
Puede ser aquella adolescente que
escaló una gran roca para impresionar a alguien.
Unos ojos azules que se cruzaron
con los tuyos en el centro comercial y ya no podrás olvidar.
Un grupo de amigos que jugaba en
la orilla entre risas, chapoteos y gritos que te subió la moral cuando los
otros no pudieron.
Un desconocido con una máscara de
Guy Fawkes que te saludó en un perdida plaza de Venecia mientras lo observabas
desde la góndola.
Una risa oculta, una voz
cantarina que no llegaste a ver, un suspiro bajo un puente.
A veces eres capaz de entrar en
la vida de los demás sin querer ni darte cuenta. Y yo te puedo crear una
historia, y estarás entre las páginas de mis cuentos sin saber cómo has llegado
hasta allí.
Tal vez la chica escaló la roca
para encontrar un tesoro perdido. Un mapa que encontró en el cementerio
mientras paseaba entre las oscuras tumbas, recordando a sus ancestros y
buscando allí lo que había perdido en la vida, la llevó a ese lugar. Tal vez
puedas ver en sus ojos el resplandor de la victoria.
Esos ojos pueden que huyeran de
una secta, y que se confundieran con la cálida multitud para despistar a
cualquiera que le estuviera siguiendo. Luego buscarían una nueva vida en otra
ciudad, en otro país, y comenzaría a crear su propio mundo, un hogar en el que
sentirse seguro.
Los amigos celebraban la
resurrección de su mascota, un gato persa que amaba saltar sobre las tapias y
espiar las conversaciones humanas. Lo habían dado por muerto, intentando
olvidar las noches en vela en la que se asustaban al oír los misteriosos ruidos
que hacía, las risas que les provocaba descubrir que era él.
El seguidor de Anonymous, y fan
de V de Vendetta había conseguido por fin su máscara. Iba a relajarse un poco
por esos canales, observando pasar a los alegres turistas, viendo a los
venecianos disfrazados y ocultos tras sus apariencias. Un remanso de paz antes
de tirar abajo la línea defensiva que separaba los secretos del Estado del
mundo exterior.
La risa de un joven enamorado, la
voz que practicaba sus cualidades de soprano para hacer sus sueños realidad y
formar un grupo de rock, el suspiro de una adolescente que comprendía que por
ahora no iba a formar parte del mundo que ella deseaba.
De cada imagen se pueden sacar
mil historias, de cada alma que ves caminar por la calle se puede construir un
mundo más complejo que el que te rodea. Todos esconden los secretos más
sorprendentes, hermosos y dolorosos del universo. Todos son magníficos y
terroríficos en alguno de sus recuerdos.
Cada persona es un mundo, y doy
las gracias a todos aquellos que sin saberlo me han hecho imaginar las
historias más espléndidas que podía encontrar. Tú puedes ser uno de ellos.
Seguramente lo seas.